¿No les ha pasado alguna vez que miran a otra persona de su misma edad y piensan: ¿Seguramente yo no puedo parecer tan viejo? Bueno, lean la historia que le pasó a una amiga:
Mi nombre es Cornelia y estaba sentada en la sala de espera de una terminal de autobuses. Al subir al camión, rumbo a mi destino estaba colgada la credencial del chófer, con su nombre completo. De repente recordé a un muchacho alto, buen mozo, pelo negro, que tenía el mismo nombre y que estaba en mi clase en la Secundaria como 35 años atrás... ¿Podría ser el mismo chico por el cual yo estaba secretamente enamorada? Pero después de verlo manejando el camión, rápidamente deseché esos pensamientos. Era un hombre pelón, canoso, y su cara estaba llena de arrugas, y lucía muy viejo como para haber sido mi compañero de clase. Después de revisar mi boleto de viaje, le pregunté si había asistido a la secundaria 35 años atrás.
Sí, sí, sonrió con orgullo.
Le pregunté: ¿Cuándo te graduaste?
Me contestó, en 1982, ¿por qué me lo pregunta?
Y yo le dije: ¡Tú estabas en mi clase!
Él me miró detenidamente.
Y entonces... Ese feo, calvo, arrugado, gordo, barrigón, canoso, guango, decrépito, mendigo, cabrón, hijo de su rechinar...da madre, me preguntó: ¿Qué materia daba usted?
Ja, ja, ja. Sonríe, eres hermosa.
Jorge Bucay.
Jjjj, muy bueno
ResponderEliminarja ja ja me saco una sonrisa tu historia .;) feliz día @madrenovata
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