Jill Price (New Yersey, 1965) es una mujer que padece un trastorno llamado hipertimesia (memoria superior a la normal). Y es que Jill posee una memoria autobiográfica extraordinaria que le permite recordar cada uno de los días de su vida desde los 14 años.
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Jill Price, la mujer que no puede olvidar |
Todo comenzó en junio del 2000 cuando Jill buscó en Internet información sobre otras personas a las que les sucediera lo mismo que a ella. Fue a parar a un experto en neurociencia, especializado en aprendizaje y memoria. Jill le envió un email explicándole su caso y, aunque era bastante escéptico al principio, McGaugh no tardó en reconocer que la habilidad de Jill no era normal.
A los pocos días su historia saltó a los periódicos nacionales y de allí a la televisión. Más tarde publicó un libro sobre su propia historia The Woman Who Can't Forget (la mujer que no puede olvidar) y a partir de ahí se convierte en todo un fenómeno mediático.
El libro autobiográfico de Jill Price |
El recuerdo más temprano que conserva es de ella misma estando en la cuna. Pero no fue hasta la edad de 8 años, con la mudanza de su familia de New Yersey a Los Ángeles, cuando comenzó a notar cambios. Esa mudanza le supuso un trauma. Con 12 años, mientras estudiaba con su madre, se dio cuenta que podía recordar con exactitud los detalles del curso anterior y algunas fechas exactas.
Es a partir de 1980, con 14 años, cuando sus recuerdos comienzan a ser automáticos. Jill Price lo recuerda absolutamente todo. Su memoria prodigiosa no la deja descansar, pasar página, y en su cabeza todos los recuerdos tienen la misma prioridad. Los ordena por fechas. Lo malo es que su mente no selecciona y descarta de entre lo vivido, sino que mantiene intacta la decepción, la humillación, el ridículo, la ofensa y el dolor. Tanto es así que Jill lo considera un auténtico infierno al que debe muchos años de depresión.
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Jill Price |
Lo cierto es que Jill es una de las cuatro personas diagnosticadas con memoria autobiográfica superior en el mundo. Y a ti, ¿te gustaría recordar lo que hiciste, a quién viste o lo que dijiste hace treinta años? Jill Price no puede olvidarlo.
Si se pudiese recordar sólo lo bueno , pues adelante. Pero como es todo o nada, me quedo como estoy. Con memoria de pez 😉
ResponderEliminar¡Yo también! Prefiero no acordarme de todo.
EliminarMi reino por una memoria selectiva.
ResponderEliminarYo tengp una memoria pésima, y me preocupa, porque muchos se aprovechan, diciendo que yo dije, yo lo hice y dudo que hice
ResponderEliminarBuenas como ha dicho Marta yo también me quedaría con los recuerdos buenos.
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