Nuestros pensamientos impactan sobre nuestras emociones y conductas, bien lo contó una vez Paul M. Salkovskis (un psicólogo cognitivo de renombre):
Tres hombres pisan una caca. El primero piensa: "Esto es cosa del vecino, que es un mal nacido, y solo quiere amargarme la vida. Seguro que ha traído a su perrito aquí para ensuciarme mis zapatos nuevos. Siempre está intentando fastidiarme". Obviamente, la emoción que tendrá este hombre, será "ira". El segundo hombre, pisa la caca y piensa: "Soy incapaz de hacer nada bien. Soy un absoluto desastre y voy a equivocarme en todo toda mi vida. No valgo para nada". La emoción en este caso será, con toda probabilidad "tristeza". El tercer hombre piensa: "¡Menos mal que no me puse las chanclas!"; aquí la emoción que todos le adivinamos es alegría, alivio...
Escultura de una chancla pisando excrementos |
A los tres les ha pasado lo mismo. Cada uno ha tenido una respuesta emocional diferente... porque han pensado (interpretado) la misma situación de forma diferente.
Así que ya sabes, si pisas caca con zapatos, piensa en la suerte que tienes.
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