Sabemos que la muerte forma parte de la vida y aceptarla nos ayuda a disfrutar más de cada momento. Los ritos y tradiciones funerarias son una muestra evidente de la riqueza que suponen las diferencias culturales a lo largo del planeta.
Día de muertos en México |
Hasta ahora pensábamos que el color negro era el único utilizado como señal de luto. Sin embargo, en ritos funerarios budistas de países como India, Japón o China, el color elegido es el blanco. En Irán se utiliza el azul para el duelo, siendo el rojo el que se emplea en Sudáfrica.
Morir en India es el comienzo de la reencarnación. Para conmemorarlo, se realizan baños del cuerpo en el río Ganges, así como cremaciones y cortejos fúnebres con danzas, músicas e incluso fuegos artificiales.
El río Ganges |
Existe una tribu ubicada entre las fronteras de Colombia y Venezuela que practica el doble enterramiento. Los Wayúu creen que una persona fallece dos veces y por eso debe ser enterrada en dos lugares: donde muere y en su territorio de origen.
Curiosos y llamativos son los ataúdes personalizados de Ghana. Los féretros reflejan la representación de lo que los fallecidos fueron en su día, creando así originales diseños.
Ataúdes de Ghana |
El día de los muertos en México es Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la UNESCO. Las familias ofrecen presentes a los fallecidos y decoran los altares con elementos llenos de simbolismo.
En China se celebra el Festival de los Fantasmas, cuando se abren las puertas del inframundo y los espíritus visitan a los familiares vivos.
Los fallecidos de la etnia Igorot, en Filipinas, descansan colgados en las cuevas de piedra caliza en Sagada. Esta práctica también se lleva a cabo en lugares de China e Indonesia.
Ataúdes colgados en Filipinas |
Y para terminar hablamos del jazz-funeral de Nueva Orleans. Los familiares acompañan al fallecido hasta el cementerio al ritmo lento de la marcha fúnebre, seguidos de una banda de jazz. Una vez enterrado el muerto toda la comitiva celebra la vida y baila animada para ayudar a liberar su alma.
Jazz-funeral |
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