Su sabor agridulce derrite el paladar y no paramos hasta que desaparecen de la bandeja. Hablamos de los pistachos, ingrediente básico en la repostería de Oriente Medio.
Pistachos |
Según los paladares más entendidos, los pistachos de mejor calidad del mundo tienen su origen en la región iraní de Khorasan, donde se cultivan desde el siglo II a. C. Aun así, su cultivo está muy extendido por la región mediterránea, la India y México. Antiguamente este fruto seco era un privilegio reservado a la realeza y a una minoría selecta, pues posee muchos beneficios para la salud.
Los pistachos son ricos en tiamina (vitamina B1) y vitamina B6, y una fuente de riboflavina, vitamina E, vitamina K y ácido fólico. Además, contienen cromato de potasio, cobre, manganeso, hierro, selenio y zinc.
Los pistachos mejoran la salud cardiaca y el colesterol, favorecen el control de los niveles de azúcar en sangre, reducen el cansancio, protegen la pigmentación del pelo, disminuyen el dolor de la menstruación y ayudan a reducir la grasa corporal. Son una perfecta alternativa a los aperitivos industriales.
Pistachos naturales |
¿Sabías que una ración de 30 gramos de pistachos contiene más sustancias antioxidantes que una taza de té verde?
Se pueden incluir en galletas de té, garrapiñados, helados, yogures, postres de soja, natillas de maíz, en compota, pasteles, bizcochos, crepes y flanes. Como se enrancian con mucha facilidad, conviene guardarlos dentro de un frasco de cristal y en un lugar seco y oscuro.
Helado de pistacho |
Fijaos si son tan saludables que hasta Nabucodonosor, rey de Babilonia, los plantaba en sus míticos jardines colgantes. ¡A pistachear!
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