Dos amigos se encuentran y uno le dice al otro:
–¡Oye, qué bien te veo...! Estás espléndido... ¡Cuánto me alegra!
–Sí, la verdad es que estoy muy bien... –contesta el otro.
–¡Pero si hasta pareces diez años más joven! –exclama el primero–. Dime, ¿cuál es el secreto?
–No hay secreto –contesta el otro–. Lo que sucede es que hace unos años tomé una decisión que cambió mi vida...
–Hombre... ¿Y cuál fue esa decisión, si se puede saber...?
–NUNCA, discuto con nadie. Por ninguna razón.
–¿Cómo que nunca discutes?
–No, jamás. Nunca discuto.
–¿Nunca?
–Nunca.
–¿Nunca, nunca? –insiste el primero.
–¡Nunca!
–Eso es imposible... –dice, alzando apenas la voz.
–Sí, tienes razón, es imposible.
Dos amigos |
***
El segundo me enseñó a no querer ser el que sabe entre los que no saben.
Texto del libro "Shimriti: De la ignorancia a la sabiduría" (2003) de Jorge Bucay.
Soy un discutidor serial, como buen argentino. No me parece que se debiera tomar como que estar 10 años mas joven sea un estandar de bienestar o digno de elogio, la edad es ascendente y se debe considerar cualquier edad como importante. Ademas no discutir nada y con nadie es aceptar pasivamente, inclusive contextos o personas nocivas para nosotros mismos. Ya sé, a esto simplemente no se me responderia o simplemente me dirian: tenes razon! Saludos
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