Maruja Mallo, icono de las 'Sinsombrero', fue una de las principales artistas de la generación del 27 y una de las pintoras más importantes del siglo XX.
Maruja Mallo (1902-1995) |
Ana María Gómez, que así se llamaba esta gran artista, nació en Vivero (Lugo) en 1902. Creció en la casa de unos tíos en Corcubión hasta que a los 11 volvió a vivir con sus padres en Avilés (Asturias). Su padre le animó a que estudiara Bellas Artes en Madrid y tenía 20 años cuando en las clases de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando conoció a Salvador Dalí. Fue el pintor catalán quien le presentó a Federico García Lorca y a Buñuel. Su triunfo fue temprano y pronto viajó a París, donde fue acogida con entusiasmo por los principales representantes del surrealismo. Incluso logró el reconocimiento y la admiración de Ortega y Gasset.
"Canto de las espigas" en el Museo Reina Sofía de Madrid |
Pero la España que la vio nacer no estaba preparada para una mujer tan libre e independiente como ella y con el inicio de la guerra civil española se exilió en Argentina. En 1939 pintó su obra más importante: "Canto de las espigas" y en la década de los 60 volvió a España, donde apenas se la valoró más allá de su personaje. A Mallo le gustaba quitarse años, fue una mujer refinada y de un nivel intelectual admirable que nunca vivió a la sombra de un hombre.
Hoy todas sus obras se exponen en la galería de Guillermo de Osma en Madrid. Maruja Malló murió en Madrid en 1995. Dejó de pintar unos años antes y en su última etapa se dedicó a investigar universos nuevos a través de la teoría de la relatividad de Albert Einstein, en la serie titulada: "Moradores de vacío".
La musa rebelde de la vanguardia española |
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