Escribiendo sin "u"
puedo hablar hasta de mi cansancio,
de lo mío, del yo,
de lo que tengo,
de lo que me pertenece...
Hasta puedo escribir de él,
de ellos
y de los demás.
Pero sin "u"
no puedo hablar de ustedes,
del tú,
de lo vuestro.
No puedo hablar de lo suyo,
de lo tuyo,
ni siquiera de lo nuestro.
Así me pasa...
A veces pierdo la "u"...
y dejo de poder hablarte,
pensarte, amarte, decirte.
Sin "u", yo me quedo pero tú desapareces...
Y sin poder nombrarte,
¿cómo podría disfrutarte?
Como en el cuento... si tú no existes
me condeno a ver lo peor de mí mismo
reflejándose eternamente
en el mismo,
mismísimo,
estúpido
espejo.
Del libro "Cuentos para pensar" de Jorge Bucay.
Qué original... y bonito
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