Ir al contenido principal

Cuidarnos como humanidad

Hace un par de días me encontré un interesante vídeo en Twitter que analiza la crisis sanitaria y social que vivimos por el coronavirus. Dice así: 

Nos han arrebatado el contacto real. Al principio mirábamos este virus con recelo, sin darnos cuenta de que nos estaba brindando una oportunidad para parar. En una sociedad en la que la productividad y el consumo priman, se nos impone parar, pero parar de verdad. Parar las carreteras, los aeropuertos, las estaciones de tren... parar los viajes incontrolados, las fiestas sin motivo, las largas jornadas de trabajo, el hacer por hacer sin pensar el por qué y el para qué. 

Madrid vacía 
Y en esa búsqueda incesante por llenar nuestros bolsillos nos damos cuenta de que lo importante y lo que verdaderamente nos hace felices ya lo tenemos, y está más cerca de lo que nos pensamos. Toca estar con uno mismo, ponerte a hacer eso que siempre querías hacer y para lo que nunca encontrabas tiempo suficiente. Leer y releer tu libro favorito, charlar con los tuyos, salir al balcón a conocer a tus vecinos, devolverle el valor a los abrazos, a los besos, a las comidas familiares y a las cañas con amigos. 

Ocio con amigas 
En una situación sin precedentes donde el individualismo no es una opción, este virus nos ha enseñado la fragilidad de la vida, que no somos perdurables ni imprescindibles, que todo lo que tenemos puede evadirse en cualquier momento y que lo único que nos puede hacer salir de esta es unirnos. Unirnos sin importar la raza, sexo, religión o ideas políticas. Unirnos como personas y cuidarnos como humanidad. 

Y yo me pregunto: ¿Por qué nos da miedo parar? Porque quizás lo que nos da miedo es pararnos a pensar. Pensar en qué hemos estado empleando todo nuestro tiempo hasta ahora y con quién. Si de verdad hemos sido felices y en que si todo esto acabara aquí y ahora el viaje haya merecido la pena. 

Nuestro planeta

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

6 cosas que no hacer según los estoicos

Estoicos  1. “No sufras por problemas imaginados. Ocurrirán o no ocurrirán. No sufras antes de que sea necesario” - Séneca.  Séneca 2. “No te quejes, ni siquiera contigo mismo” - Marco Aurelio. 3. “No te compares con otros” - Epicteto. Epicteto 4. “No vincules tu identidad a las cosas materiales que posees” - Séneca.  5. “No hables más de lo que escuchas. Dos oídos, una boca” - Zenón.  Zenón 6. “Tú también te equivocas, así que no juzgues a otras personas” - Marco Aurelio.  Marco Aurelio 

El verdadero propósito de la lectura

“Maestro, he leído tantos libros... pero he olvidado la mayoría. ¿Para qué leer?”. Esa fue la pregunta de un estudiante curioso. El maestro no respondió. Solo miró en silencio.  Unos días después, estaban sentados junto a un río. De repente, el anciano, dijo:  “Tengo sed. Tráeme agua... pero usa ese colador viejo que está en el suelo”.  El estudiante pareció confundido. Era una petición ridícula. ¿Cómo podía alguien traer agua en un colador lleno de agujeros? Pero no se atrevió a discutir. Tomó el colador y lo intentó. Una vez. Dos veces. Una y otra vez... Corrió más rápido, lo inclinó de otra manera, incluso intentó tapar los agujeros con los dedos.  Nada funcionó. No pudo retener ni una sola gota. Agotado y frustrado, dejó caer el colador a los pies del maestro y dijo:  “Lo siento. Abandono. Es imposible”.  El maestro lo miró con amabilidad y dijo:  “No abandonaste. Mira el colador...”.  El estudiante bajó la mirada... y notó algo.  El viej...

Chonis y canis

Los 2000 son sinónimo de música electro, pantalones de campana, pitillos y plataformas, pero también de chonis y canis. ¿Qué es ser una choni? ¿Y un cani? ¿Qué les diferencia del resto? Ambos llaman la atención a kilómetros de distancia y su vocabulario se reduce a las mil palabras, la mayoría malsonantes e inventadas.  Grupo de chonis El uniforme reglamentario de una choni es el chándal, de Nike a ser posible. Una choni es una persona hortera de generoso escote que viste colores chillones con estampados llamativos. El abrigo de una choni también se distingue rápidamente del resto. Son gruesos, de color blanco o negro y con capucha esquimal. En su particular vestuario tampoco pueden faltar las plataformas pasadas de moda, los  piercings , tatuajes y pendientes de aro.  Choni El exceso de maquillaje es otro de sus distintivos. Llevan pintada la raya del ojo hasta casi tocar las orejas, labios de color intenso, sombra de ojos hasta las cejas y pestañas post...