El retrato de Madame X se exhibió por primera vez en el Salón de París de 1884 y provocó tal escándalo que su pintor, John Singer Sargent, se marchó a Londres. La obra muestra a Virginie Amélie Avegno Gautreau, una dama de la alta sociedad parisina que nació en Luisiana y era conocida por su sofisticada apariencia.
Detalle del cuadro |
El artista llegó a esta admirada dama a través del doctor Pozzi, a quien había retratado años antes y de quien se rumoreaba que había tenido un affaire con ella. De hecho, los periódicos sensacionalistas de la época hicieron frecuentes menciones a Virginie y sus aventuras extramatrimoniales.
A Madame X no le gustaba posar y siempre tenía alguna excusa para interrumpir las sesiones o posponerlas, pero ambos perseguían un objetivo: él, seguir pintando a la alta sociedad para vivir holgadamente y ella, el de ser respetada por la alta sociedad parisina. Sin embargo, el cuadro fue muy criticado y levantó un gran revuelo por uno de los tirantes del vestido negro de Virginie, que resbalaba de su hombro. El afamado retratista repintó el cuadro y colocó el tirante donde lo vemos actualmente. Eso sí, se negó a retocar el escote.
El retrato de Madame X actual (izda.) y la pintura original (dcha.) |
Resulta cuando menos curioso que una sociedad que parecía moderna se escandalizara por algo así. Dudo que hoy ocurriese lo mismo porque ese pequeño detalle pasaría completamente desapercibido. Pese a todo el alboroto, Sargent siempre dijo que era lo que mejor había pintado y en la actualidad el retrato de Madame X está considerado como una de las mejores obras del siglo XIX.
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