Ir al contenido principal

Calçot: la reina de las cebollas

Además del pan con tomate, el suquet de pescado y los canelones, uno de los platos más típicos de la gastronomía catalana son los calçots, una variedad de cebollas tiernas que se consumen desde noviembre y hasta mediados del mes de abril. 

Calçots

Se cuenta que a finales del siglo XIX fue un agricultor de la comarca de Alt Camp quien empezó a cultivar de manera especial estas cebollas, las cocinó e inventó la salsa con la que se acompañan. Aunque actualmente se cultivan en prácticamente toda Cataluña, estas cebollas tiernas son características de algunas zonas de Tarragona. Los calçots se cultivan de manera muy especial: bajo tierra y pueden alcanzar una altura de entre 15 y 20 centímetros, cuanto más largos mejor. 

¿Cómo se preparan y se comen? Se pueden cocinar al horno pero lo tradicional es hacerlo en llama viva. El fuego quema el exterior del calçot y por dentro se cuece. Cuando empieza a soltar una babilla es cuando está cocinado. Entonces y para que mantengan el calor se envuelven en papel de periódico. Luego se pelan y se mojan en una salsa muy parecida a la romesco a base de tomate, almendra y/o avellana tostada, ñora, ajo, aceite de oliva y sal. 

Para no mancharse durante su consumo la clave está en adoptar la postura de un faquir: con las piernas abiertas, la espalda recta y la mirada al cielo. Mejor con babero que sin él. 

Calçots al fuego

¿Los has probado alguna vez? 

Comentarios

Entradas populares de este blog

6 cosas que no hacer según los estoicos

Estoicos  1. “No sufras por problemas imaginados. Ocurrirán o no ocurrirán. No sufras antes de que sea necesario” - Séneca.  Séneca 2. “No te quejes, ni siquiera contigo mismo” - Marco Aurelio. 3. “No te compares con otros” - Epicteto. Epicteto 4. “No vincules tu identidad a las cosas materiales que posees” - Séneca.  5. “No hables más de lo que escuchas. Dos oídos, una boca” - Zenón.  Zenón 6. “Tú también te equivocas, así que no juzgues a otras personas” - Marco Aurelio.  Marco Aurelio 

El verdadero propósito de la lectura

“Maestro, he leído tantos libros... pero he olvidado la mayoría. ¿Para qué leer?”. Esa fue la pregunta de un estudiante curioso. El maestro no respondió. Solo miró en silencio.  Unos días después, estaban sentados junto a un río. De repente, el anciano, dijo:  “Tengo sed. Tráeme agua... pero usa ese colador viejo que está en el suelo”.  El estudiante pareció confundido. Era una petición ridícula. ¿Cómo podía alguien traer agua en un colador lleno de agujeros? Pero no se atrevió a discutir. Tomó el colador y lo intentó. Una vez. Dos veces. Una y otra vez... Corrió más rápido, lo inclinó de otra manera, incluso intentó tapar los agujeros con los dedos.  Nada funcionó. No pudo retener ni una sola gota. Agotado y frustrado, dejó caer el colador a los pies del maestro y dijo:  “Lo siento. Abandono. Es imposible”.  El maestro lo miró con amabilidad y dijo:  “No abandonaste. Mira el colador...”.  El estudiante bajó la mirada... y notó algo.  El viej...

Chonis y canis

Los 2000 son sinónimo de música electro, pantalones de campana, pitillos y plataformas, pero también de chonis y canis. ¿Qué es ser una choni? ¿Y un cani? ¿Qué les diferencia del resto? Ambos llaman la atención a kilómetros de distancia y su vocabulario se reduce a las mil palabras, la mayoría malsonantes e inventadas.  Grupo de chonis El uniforme reglamentario de una choni es el chándal, de Nike a ser posible. Una choni es una persona hortera de generoso escote que viste colores chillones con estampados llamativos. El abrigo de una choni también se distingue rápidamente del resto. Son gruesos, de color blanco o negro y con capucha esquimal. En su particular vestuario tampoco pueden faltar las plataformas pasadas de moda, los  piercings , tatuajes y pendientes de aro.  Choni El exceso de maquillaje es otro de sus distintivos. Llevan pintada la raya del ojo hasta casi tocar las orejas, labios de color intenso, sombra de ojos hasta las cejas y pestañas post...