El Pandoro es un clásico de la repostería italiana que brilla en las mesas navideñas por su textura suave y esponjosa y su sabor delicado y mantecoso, con un ligero toque de vainilla. A diferencia del Panettone, no lleva frutas ni frutos secos, lo que lo convierte en una opción más sencilla pero igualmente refinada.
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| Pandoro clásico |
Originario de Verona, este bizcocho se distingue por su forma característica de estrella de ocho puntas, símbolo de elegancia y tradición. Sus ingredientes básicos –harina, huevos, azúcar, mantequilla y levadura– se combinan para crear una masa densa pero aireada, que se funde en el paladar.
El Pandoro, que significa “pan de oro”, se disfruta mejor espolvoreado con azúcar glas (viene con una bolsita para cubrirlo uniformemente), se corta en capas horizontales para rellenarlo con crema pastelera, nata o chocolate, y se acompaña de bebidas calientes como café, chocolate caliente o vino dulce. Además, algunas personas lo tuestan para darle un toque crujiente por fuera.
¿Con cuál te quedas para estas fiestas: el Panettone, con su explosión de frutas y aromas, o el Pandoro, con su delicada suavidad dorada?

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