Se dice que el pan es un alimento rico en fibra, hidratos de carbono, calcio, hierro, fósforo, potasio, magnesio, sodio, yodo, zinc, vitamina B y proteínas de origen vegetal. Pero, ¿es el pan un alimento imprescindible en nuestra dieta? Lo cierto es que no. Ni es tan beneficioso, ni tan necesario como pretenden hacernos creer.
Amplia variedad de panes |
El ingrediente principal del pan blanco son harinas refinadas, obtenidas después de extraer el salvado y el germen del cereal. Este pan, el más consumido, carece de propiedades nutricionales y solo posee cantidades industriales de levadura, químicos, sal yodada y un trigo desnaturalizado.
Más del 70% del pan que consumimos actualmente es "pan rápido", es decir, pan de masa congelada y harina súper refinada. Este, elaborado en muy poco tiempo, abarata los costes y perjudica nuestra salud al fermentar en nuestro organismo. Al consumirlo así nos puede generar malas digestiones y llegar a causar irritaciones en el colon.
Pan blanco |
¿Es mejor comer pan integral? Pues tampoco. El ingrediente principal de la inmensa mayoría de panes y productos integrales también es la harina refinada. Encontrar un pan de este tipo con un 80% de harina integral es realmente complicado.
Pan integral |
¿Cuál es entonces el pan más saludable? Aquel que contenga más grano y 100% de harina integral. Los tipos más saludables: el pan de trigo integral, de avena y de centeno, este último el más recomendable por su alto contenido en fibra y nutrientes.
El sabor y el olor de un buen pan son inconfundibles. El malo ni huele ni sabe a nada. La mejor opción es consumir pan de calidad, integral a ser posible, ese que venden en panaderías con obrador. Otra fantástica alternativa: elaborarlo en casa.
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