Ir al contenido principal

El árbol del Rockefeller Center

La Navidad siempre llega a Nueva York con el tradicional encendido del árbol del Rockefeller Center. Este año, el popular y robusto abeto noruego mide 23,4 metros y pesa 14 toneladas. 50.000 luces de colores lo decoran y es coronado por una estrella de tres millones de cristales de Swarovski. 

El abeto del Rockefeller Center 
Se trata del árbol número 88 que se coloca en el Rockefeller Center. El primero que quedó instalado fue colocado en 1931 por trabajadores de la construcción en el sitio donde se estaba levantando el rascacielos; dos años más tarde tuvo lugar la primera ceremonia formal del encendido de las luces, tradición que se mantiene hasta hoy con ligeras modificaciones. 

El de este año ha sido elegido por Carol Schultz, de 79 años, y llegó al Rockefeller Center el pasado 9 de noviembre desde la localidad de Florida. 

La instalación del árbol 
Se espera que hasta el próximo 17 de enero sea visitado cada día por 798.000 personas. Pasada esa fecha el abeto será donado a la organización Habitat for Humanity, que lo convertirá en madera usada para construir hogares, de acuerdo con la página web del Rockefeller Center. 

Pista de patinaje del Rockefeller Center 
Aunque casi todo el protagonismo recaiga sobre el árbol del Rockefeller Center, los de Bryant Park, la Bolsa de Nueva York y Lincoln Center son también muy visitados en Navidad. 

Afortunados que estáis en la ciudad que nunca duerme: ¡No os los perdáis! 

Comentarios

Entradas populares de este blog

6 cosas que no hacer según los estoicos

Estoicos  1. “No sufras por problemas imaginados. Ocurrirán o no ocurrirán. No sufras antes de que sea necesario” - Séneca.  Séneca 2. “No te quejes, ni siquiera contigo mismo” - Marco Aurelio. 3. “No te compares con otros” - Epicteto. Epicteto 4. “No vincules tu identidad a las cosas materiales que posees” - Séneca.  5. “No hables más de lo que escuchas. Dos oídos, una boca” - Zenón.  Zenón 6. “Tú también te equivocas, así que no juzgues a otras personas” - Marco Aurelio.  Marco Aurelio 

El verdadero propósito de la lectura

“Maestro, he leído tantos libros... pero he olvidado la mayoría. ¿Para qué leer?”. Esa fue la pregunta de un estudiante curioso. El maestro no respondió. Solo miró en silencio.  Unos días después, estaban sentados junto a un río. De repente, el anciano, dijo:  “Tengo sed. Tráeme agua... pero usa ese colador viejo que está en el suelo”.  El estudiante pareció confundido. Era una petición ridícula. ¿Cómo podía alguien traer agua en un colador lleno de agujeros? Pero no se atrevió a discutir. Tomó el colador y lo intentó. Una vez. Dos veces. Una y otra vez... Corrió más rápido, lo inclinó de otra manera, incluso intentó tapar los agujeros con los dedos.  Nada funcionó. No pudo retener ni una sola gota. Agotado y frustrado, dejó caer el colador a los pies del maestro y dijo:  “Lo siento. Abandono. Es imposible”.  El maestro lo miró con amabilidad y dijo:  “No abandonaste. Mira el colador...”.  El estudiante bajó la mirada... y notó algo.  El viej...

Chonis y canis

Los 2000 son sinónimo de música electro, pantalones de campana, pitillos y plataformas, pero también de chonis y canis. ¿Qué es ser una choni? ¿Y un cani? ¿Qué les diferencia del resto? Ambos llaman la atención a kilómetros de distancia y su vocabulario se reduce a las mil palabras, la mayoría malsonantes e inventadas.  Grupo de chonis El uniforme reglamentario de una choni es el chándal, de Nike a ser posible. Una choni es una persona hortera de generoso escote que viste colores chillones con estampados llamativos. El abrigo de una choni también se distingue rápidamente del resto. Son gruesos, de color blanco o negro y con capucha esquimal. En su particular vestuario tampoco pueden faltar las plataformas pasadas de moda, los  piercings , tatuajes y pendientes de aro.  Choni El exceso de maquillaje es otro de sus distintivos. Llevan pintada la raya del ojo hasta casi tocar las orejas, labios de color intenso, sombra de ojos hasta las cejas y pestañas post...