La melisa, también conocida como "bálsamo de menta", "bálsamo azul", "bálsamo de limón", "cura todo", "planta de miel", "toronjil" y "dulce de María" tiene un aroma intenso a limón y multitud de propiedades relajantes.
Melisa |
Hace unos 2000 años se dedicaba a la diosa Diana y los griegos la usaron con múltiples fines medicinales. Ya en la Edad Media se empleaba para aliviar las tensiones, curar heridas y aliviar el dolor de muelas. También se decía que prevenía la calvicie.
Esta planta es antibacteriana, antioxidante, antiespasmódica, antiviral y aromática. En Europa se usa mucho para tratar la ansiedad y el insomnio. Además no solo está indicada para calmar los nervios, sino también la fatiga crónica, los resfriados, el herpes labial, los cólicos, la depresión, los mareos, las molestias gastrointestinales, la hipertensión, los dolores de cabeza, incluso las fobias.
Infusión de melisa |
¿Sabías que la melisa puede actuar como un bloqueador de la hormona tiroidea en el cuerpo? Pero esta planta no se debe mezclar con la hierba gatera, el lúpulo, la kava de San Juan y la valeriana. Su consumo tampoco se recomienda a mujeres embarazadas y niños pequeños.
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