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Turismo por torres inclinadas

Hoy nos vamos de turismo por torres inclinadas. La más famosa es la de Pisa, que llegó a estar tan inclinada que en 1964 el Gobierno italiano tuvo que solicitar ayuda para salvarla del derrumbe. Después de algunos proyectos fallidos, en mayo de 2008, por fin se consigue estabilizar y, por primera vez desde su construcción, dejó de moverse. Los ingenieros dicen que se quedará así, al menos, durante 200 años.

La torre Pisa

Aquí en España también tenemos nuestra torres inclinadas. A principios del siglo XVI se construyó el edificio más alto de la ciudad de Zaragoza: la torre Nueva. Se levantó en un tiempo récord, en 15 meses, y estas prisas son la causa de la inclinación. Según los expertos, su desviación era de casi 3 metros y fue derribada a finales del siglo XIX. En su lugar, en la plaza San Felipe, podemos ver la estatua de un niño que mira hacia la torre que ya no existe. 

El niño que mira hacia la torre desaparecida

En la provincia de Lleida encontramos la torre de la iglesia de Santa Eugènia de Nerellà, conocida como “la torre de Pisa de la Cerdanya”, que tiene una desviación de 1,2 metros, y en 1984 fue declarada Monumento Histórico Artístico Nacional. Una de las torres más altas de la provincia de Córdoba también está inclinada. Se trata de la torre de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Bujalance. Su inclinación es de más de 3,5 grados y los daños pudieron estar causados por el terremoto de Lisboa de 1755. 

Y acabamos en Madrid, con las famosas torres Kio, que fueron inclinadas a propósito con una inclinación de 14,3 grados. Para levantar sus 27 plantas hicieron falta 7 años de obras. Por cierto, parecen iguales, pero no lo son. Una torre tiene el helipuerto azul y la otra, rojo. 

Las torres Kio de Madrid

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