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Un incendio muy oportuno

Para entender el presente tenemos que conocer el pasado, por eso nos remontamos a la noche del 24 de diciembre de 1734, cuando ardió el Real Alcázar de Madrid, donde ahora se encuentra el Palacio Real. 

El Real Alcázar de Madrid hacia 1710

El incendio fue tan pavoroso, que tardaron cuatro días en sofocarlo. Para salvar muchos objetos de valor tuvieron que arrancarlos y tirarlos por las ventanas, como se hizo con el cuadro de 'Las meninas' de Diego Velázquez. 

El Alcázar quedó tan debilitado y en tan mal estado que lo poco que se mantuvo en pie se tiró abajo. Artísticamente hablando fue una catástrofe y su principal sospechoso fue el propio rey. Al parecer, Felipe V pidió que le prendieran fuego porque no le gustaba. De ahí surgió el extraordinario, grandioso y bellísimo Palacio Real que hoy conocemos. 

El Palacio Real de Madrid

El fuego pudo comenzar en una chimenea, y como nadie estaba al cuidado por ser Nochebuena se extendió rápidamente por alfombras, camas, cortinas y muebles. A lo mejor el poco personal que había estaba haciendo la Conga de Jalisco en el ala oeste. Bromas aparte, los primeros que se percataron que había fuego fueron los frailes de un convento que estaba cerca del Alcázar y para alertar de lo que ocurría tocaron las campanas. Sin embargo, como era Nochebuena y sonaron cerca de la medianoche, nadie pensó que fuera por un incendio, sino por la misa del Gallo. Los que se enteraron corrieron para ayudar a apagar el fuego, pero no se les dejó entrar por miedo al pillaje. Tras el incendio, solo quedaron en pie la conocida como Torre de Carlos I y dos fachadas del Alcázar. 

Se pudieron salvar 1192 pinturas, pero se calcula que se perdieron unas 500 obras de arte. Pinturas de Tiziano, el Greco, Rafael, Rubens, Velázquez... y de Sofonisba Anguissola, cuyo incendio la hizo desaparecer del mapa. Varios de sus cuadros se perdieron en este incendio y algunos de los que se salvaron se atribuyeron a señores. Una tragedia artística que, lamentablemente, nos privó de disfrutar y contemplar muchas obras de arte. 

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