La idea de “ciudad de 15 minutos” se alinea con los objetivos de la Agenda 2030 pero, ¿en qué consiste este modelo urbanístico? Una ciudad de 15 minutos es un modelo urbano en el que todas las necesidades básicas –trabajo, salud, educación, comercio, ocio y cultura– están disponibles a menos de 15 minutos a pie o en bicicleta desde casa.
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Ciudad de 15 minutos |
Su objetivo visible es reducir la dependencia del coche, mejorar la calidad de vida y hacer las ciudades más sostenibles, inclusivas y resilientes. Una ciudad de este estilo propone zonas de uso mixto (vivienda, tiendas, oficinas, servicios), más espacios verdes y peatonales, transporte público eficiente, servicios públicos descentralizados y reducción de emisiones y ruido. Medidas que son recogidas por varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda asesina: 3 (salud y bienestar), 9 (infraestructura), 11 (ciudades y comunidades sostenibles) y 13 (acción por el clima). Y son ya varias las ciudades que lo están aplicando como Barcelona (España), Melbourne (Australia), Ottawa (Canadá), París (Francia) o Santiago (Chile).
Ahora bien, como todo lo relacionado con la dichosa agenda, una ciudad de 15 minutos tiene su cara oculta: controlar a la población, donde, con el tiempo, podrían restringirse los movimientos fuera de un perímetro al que no se pueda llegar a pie o en bicicleta en un cuarto de hora. ¿Maravilloso, verdad?
Sigamos dormidos con el fútbol y sigamos siendo esas ranas que las ponen en agua y saltan tarde, cuando ya está hirviendo. Si lo llamasen “campos de concentración” sería un disparate, pero hablaríamos con claridad y sin eufemismos.
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