Si hay una hortaliza que cobra especial protagonismo los últimos días de octubre esa es la calabaza de Halloween, cuyo fruto tiene su origen en las leyendas y tradiciones de los pueblos celtas de Escocia e Irlanda.
Calabazas de Halloween |
Cuenta la leyenda que una noche de brujas el diablo fue a buscar a Jack, un niño granjero irlandés que tenía fama de tacaño. La intención del diablo era llevarse su alma por estafador. Sin embargo, Jack logró engañarlo y atraparlo. Para liberarse, el diablo le prometió que si le dejaba ir jamás lo volvería a buscar. Después de varios años, Jack murió pero, al llegar al cielo fue rechazado y al llegar al infierno el diablo tampoco quiso recibirlo y lo condenó a deambular por el purgatorio. Antes de irse, el niño le pidió un último favor al diablo: que pudiera darle una luz para alumbrar su camino y fue así como el diablo le entregó una brasa. Jack tomó un nabo que llevaba en su bolso, le hizo un agujero y colocó la brasa en su interior.
Un clásico de estas fiestas |
Con la llegada de inmigrantes irlandeses a Estados Unidos, la celebración de Halloween cobró gran importancia y se convirtió en una tradición. No obstante, al no haber una plantación de nabos, pero sí un exceso de calabazas, los estadounidenses decidieron cambiarla. Desde entonces la calabaza se ha convertido en un clásico de estas fiestas.
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