Miles de personas visitan estos días el Valle del Jerte en el norte de Extremadura para disfrutar de un espectáculo natural que tan solo ocurre un par de semanas al año: la floración de los cerezos. Y es que este impresionante paisaje de película no siempre se da en las mismas fechas, depende de las condiciones meteorológicas. Lo normal es que se produzca entre el 20 de marzo y los primeros 10 días de abril con el inicio de la primavera. Este año, la Fiesta del Cerezo en Flor se desarrolla del 27 de marzo al 12 de abril.
Cerezos en flor en el Valle del Jerte |
La cita de este año tiene además un invitado: Japón. Se conmemoran así los 400 años de relación entre España y el país asiático, país en el que los cerezos en flor forman parte de la cultura tradicional japonesa. Es allí donde familiares y amigos se reúnen bajo estos árboles para dar la bienvenida a la primavera. En el Jerte, la Fiesta del Cerezo en Flor se celebra desde hace ya más de 40 años, y es considerada de Interés Turístico Nacional. Sus casi dos millones de cerezos en flor que cubren de blanco todo el valle hacen irresistible su visita y las casas rurales rozan el 100% de ocupación. La fiesta de la cereza se traduce también en 4.500 empleos, 4 millones y medio de kilos y 42 millones de facturación anual, todo un estímulo para la economía de Extremadura. Y desde la Oficina de Turismo del Valle del Jerte informan a diario del estado de los cerezos a través de su página web.
Cerezos en flor |
Ya entrado el verano, las flores dejan paso a las deliciosas cerezas que convierten el valle en un auténtico manto rojo. La recolección de las cerezas comienza a primeros de mayo y se alarga hasta finales de julio. Un trabajo que se realiza de manera totalmente manual. Existen diferentes tipos de cerezas. La del Valle del Jerte se conoce vulgarmente como picota, la más famosa y apreciada que posee la Denominación de Origen. La picota más conocida es la variedad ambrunés, aunque hay tres clases más: pico colorado, pico negro y pico limón negro. Por su gran calidad y por su fama internacional, la cereza picota es exportada a Francia, Alemania y Reino Unido. Y es que la cereza tiene múltiples beneficios para nuestra salud. Son depurativas, energéticas y desinfectantes. Regeneran los tejidos orgánicos, es recomendada en casos de obesidad, artritis, estreñimiento y reumatismo, y aplastadas bajo la cara favorecen el cutis. No solo eso, son ricas en fibra, hierro, magnesio y potasio, reducen el riesgo de tener diabetes y favorecen la memoria. Son frescas, dulces y sabrosas.
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