Absorbente, bombilla, calimete, cañita, carrizo, pitillo, popote, sorbete, sorbito o pipeta, un mismo nombre para referirnos a la conocida "pajita" de plástico. Fue el "inventor" estadounidense Marvin Stone quien patentó un 3 de enero de 1888 la pajita artificial desechable. Si bien, ya estaban inventadas, pues en Mesopotamia las usaron hace casi 5000 años. ¿Dónde estaba entonces la novedad del invento? No tanto en la pajita, sino en las palabras que la acompañan "artificial" y "desechable".
Pajitas de colores |
Se trata de un objeto cotidiano, de un solo uso, y que puede tardar hasta 500 años en descomponerse de nuestro medio ambiente. España tiene el triste récord de ser el país europeo que más pajitas usa por habitante y año, unas 110. Esto supone que todos los días tiramos más de 13 millones de pajitas, un objeto totalmente innecesario y prescindible en el 99,99% de los casos.
¿Sabías que la mayor parte de las pajitas acaban en el mar? Su alto consumo tapa desagües, inunda calles, crea problemas de salud y pone en riesgo la vida de miles de especies animales. Por eso Greenpeace pide dejar de consumirlas y exige a las diferentes administraciones leyes que establezcan la prohibición de estas y otros productos de usar y tirar, como bolsas y botellas de plástico de un solo uso.
1,5 millones de animales marinos mueren cada año tras ingerir plásticos |
¿La solución? Cambiar de hábito y consumir pajitas biodegradables o comestibles, una buena opción para quien tenga necesidad de hacer uso de ellas.
Pajitas de bambú |
Reduzcamos o evitemos su consumo. Las bebidas mejor sin pajita.
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