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Uno de los postres más deliciosos

Conos de helado
Verano es sinónimo de calor, playa, vacaciones, pero también de comer helado. Su origen es bastante incierto, ya que el concepto del producto ha sufrido modificaciones junto al avance tecnológico, la generalización de su consumo y las exigencias de los propios consumidores. Al parecer, todo empezó con los chinos muchos siglos antes de Jesucristo y nuestro calendario. Éstos ya mezclaban la nieve de las montañas con miel y frutas. Se dice, incluso, que el nombre de los helados que llamamos polos se puso en homenaje a Marco Polo, y que Julio César o Nerón consumían grandes cantidades de bebidas congeladas muy frías. 
Polos
En Europa, fueron los heladeros italianos, convertidos en heladeros ambulantes, quienes dieron a conocer las delicias de los helados, hasta que en 1700 cruzan el Atlántico y se empiezan a hacer populares en Estados Unidos. En 1846, Nancy Johnson inventa la primera heladera automática y es a partir de ahí cuando empieza la verdadera historia del helado industrial. 

Hoy, se puede comprar o hacer en casa y existe gran cantidad de diferentes tipos y sabores. Helado crema, que contiene como mínimo un 8 por 100 de materia grasa de origen lácteo; helado de leche, con un mínimo de 2,5 por 100 de materia grasa; helado de agua, que contiene como mínimo un 12 por 100 de extracto seco total o el sorbete, que contiene en masa como mínimo un 15 por 100 de frutas y como mínimo un 20 por 100 de extracto seco total. Los sorbetes también pueden presentarse en estado semisólido, son los que conocemos como granizados. Además, los helados "mantecados", que son helados de crema, helados o helados de leche incluyen como mínimo un 4 por 100 de yema de huevo en su contenido. 

Gran variedad de helados
Hay helados de fresa, limón, chocolate, vainilla, cerezas, turrón y dulce de leche, aunque estos últimos años han proliferado sabores más exóticos y extravagantes. Los hay de violetas, de pulpo, de espagueti y queso, de ajo, de carbón, de salchichas con puré, de carne de caballo, hasta de panceta ahumada. Y es que la imaginación de los heladeros es infinita. 

Los helados, además, son nutritivos, combaten el mal humor y producen una sensación de placer y bienestar en su consumo. Los que tienen como ingrediente base la leche (helados de crema, helados de leche y helados) presentan un valor nutritivo significativo por su alto contenido en proteínas y su riqueza en aminoácidos esenciales, también son ricos en calcio. Así mismo, según un estudio de la Universidad de Maryland, los helados contienen triptófano. Calman y reducen la agresividad, aumentan la hormona del bienestar, combaten el estrés, ayudan a relajarnos y a dormir mejor. 

Bolas de helado en tulipas de barquillo
Sin embargo, es recomendable comerlos despacio, porque de hacerlo demasiado rápido produce un repentino dolor de cabeza que desaparece en un intervalo de 10 a 30 segundos. Esto sucede porque enfría los nervios del paladar, los vasos sanguíneos del cerebro se dilatan y generan migraña. 

Quizá lo más estrambótico hasta ahora, sean los helados que cambian de color cuando se lamen. Invento del físico español, ingeniero, profesor y amante de los helados, Manuel Linares junto a un par de investigadores. El helado en cuestión tiene un sabor similar al tutti frutti y ha sido bautizado como "Xamaleón". Puede degustarse en la heladería "IceXperience" en Blanes (Girona). La fórmula, no desvelada, hace que el helado cambie de azul claro al rosa y del rosa al morado con tan solo pasar la lengua. 

Manuel Linares, creador de "Xamaleón"
La verdad es que hasta no hace mucho su época de mayor consumo era el verano, aunque ya se consumen durante todo el año. Resulta curioso, pero en España no se consume mucho helado, una media de seis litros y medio por persona y año, la mitad de lo que consumen suecos o finlandeses y la cuarta parte que los estadounidenses, los mayores consumidores del mundo. Canadienses, australianos y neozelandeses los devoran. Son refrescantes, deliciosos y sabrosos. A mí me encantan, ¿y a ti? 

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