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Los precios que acaban en 99

Existe una leyenda que dice que los precios terminados en 99 centavos aparecieron por primera vez en el siglo XIX, en los grandes almacenes estadounidenses, y que esto se debe a la deshonestidad de los cajeros. Hoy esta técnica no ha desaparecido y se aplica en muchas tiendas y supermercados como gancho. ¿La razón? Para que compremos más, aunque esta medida no tiene mucho sentido, ¿verdad? 

Productos cuyo precio acaba en 99

¿Cuál es la diferencia entre 2,99 y 3 euros? Un solo céntimo, pero nuestro cerebro lo interpreta de otra manera porque leemos de izquierda a derecha y lo primero que vemos es el 7 que, además, suele ser más grande. Se trata de un engaño psicológico que llama nuestra atención y que la mente lo toma como algo que está en oferta o a la baja. 

Los precios acabados en 99 o 95 no son más que un truco para estimular el consumo, como también lo son la iluminación, la música y su ritmo, la colocación de frutas y verduras al final del supermercado o que las marcas blancas predominen sobre el resto. Lo sensato es comprar solamente aquello que necesitamos sin caer en la trampa de los precios que terminan en 99. No piquemos el anzuelo como idiotas. 

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