La lavanda es una planta medicinal que ofrece numerosas propiedades calmantes. Su nombre científico, lavandulae, proviene del verbo latino lavare, y es que esta flor ayuda a lavar las heridas físicas y emocionales. Su aroma, además, la ha convertido en la joya por excelencia de la aromaterapia. La lavanda o espliego es de la familia de las lamiáceas, que contiene unas 60 especies.
Campos de lavanda en La Alcarria |
Este arbusto perenne es nativo de las montañas de la región del Mediterráneo, aunque en la actualidad también crece en América del Norte y Australia. Y no hace falta ir a la Provenza francesa para ver este mar violeta. Aquí en España se cultiva en un pueblo de La Alcarria, en los campos de Brihuega, Guadalajara. Las casi 100 hectáreas de plantación de lavanda que rodean el pueblo y su comarca llenan de color púrpura el paisaje. Seguramente sean los campos más fotografiados de España.
Esta planta medicinal posee efecto diurético, analgésico, antiséptico, relajante, insecticida, cicatrizante, calmante, antirreumático, antibacteriano, antivírico, estimulante de la circulación sanguínea y regenerador de la piel.
Flores de lavanda |
La lavanda se usa para relajar y aliviar el estrés emocional y físico, favorece el funcionamiento del sistema nervioso, se utiliza para eliminar el acné y mejorar las afecciones de la garganta. También ayuda a cicatrizar y desinfectar heridas, baja la fiebre, combate las náuseas y facilita la eliminación de los gases acumulados.
Su aceite esencial es muy beneficioso para la salud. Por eso se emplea en dolores musculares y jaquecas. Estas impresionantes y vistosas flores de color violeta en forma de espiga esconden salud a raudales. Qué cosas ¿eh?
Manojo de lavanda |
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