Vivimos en la cultura del usar y tirar, y eso tiene sus consecuencias, negativas, claro. ¿Sabías que cada ciudadano genera, de media, un kilo de basura al día y esa basura doméstica acaba en vertederos o incineradoras? Para reducir el impacto humano sobre el medio ambiente existe la regla de las tres erres (3R). Esta regla promueve tres pasos básicos con el objetivo de disminuir la producción de residuos y contribuir a la protección y conservación del medio ambiente.
La regla de las tres erres |
La primera erre consiste en REDUCIR nuestro consumo, tanto energético como de bienes materiales. Por ejemplo, si en lugar de comprar seis botellas pequeñas de plástico conseguimos una o dos grandes, mejor que mejor. Lo mismo ocurre si ponemos lavadoras y lavavajillas llenos y no a media carga.
Reducir el consumo de materiales |
La segunda erre, REUTILIZAR, propone comprar menos y aplicar ciertos criterios a la hora de obtener nuevos productos. Utilizar la cara limpia de las hojas impresas, pintar una silla vieja, donar libros o darle una nueva vida a los botes de cristal, por ejemplo.
Reutilizar |
La última erre es una de las más populares: RECICLAR. Consiste en rescatar lo posible de un material que ya no sirve y convertirlo en un nuevo producto. Gracias al reciclaje se reduce la utilización de nuevos materiales y, por tanto, la generación de más basura. El vidrio, por ejemplo, puede reciclarse hasta 40 veces; el plástico se calienta y una vez fundido se le da una nueva forma, y de las cajas de cartón se consigue papel reciclado.
Reciclar para obtener nuevos productos |
No tenemos más que un planeta, cuidémoslo y apliquemos las tres erres. Démosle una nueva vida a lo que pensábamos tirar. Cuanto más, mejor para todos. Cuanto más para todos, mejor. Mejor el nuestro beneficio propio.
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