Antes, las cosas duraban más, ¿cuántas veces hemos escuchado esa frase? Y no les falta razón. La vida útil de una lavadora, por ejemplo, rondaba los 40 años. Hoy, como mucho, 15. Pero, ¿por qué los electrodomésticos y los aparatos electrónicos cada vez se estropean antes? Por lo que se denomina obsolescencia programada. La vida útil de los productos o servicios está predeterminada por el fabricante o la empresa durante su fabricación para que el producto se quede obsoleto en poco tiempo. Se cree que la bombilla fue la primera víctima de esta técnica. En 1881 Thomas Edison desarrolla una bombilla que tenía 1.500 horas de vida útil. Años más tarde, en 1924, el trabajo de investigación de los científicos prolongó su tiempo de uso hasta las 2.500 horas, pero tan solo un año después se constituyó el conocido "comité de las 1.000 horas" para que estos objetos tuvieran una demanda alta de por vida. Aunque el término de obsolescencia programada no se utilizó hasta los años 30 del siglo XX. Fue Bernard London, un comerciante norteamericano quien propuso esta técnica para salvar las dificultades de la Gran Depresión del veintinueve para fomentar el consumo. Al término de la Segunda Guerra Mundial se establecieron las bases del consumo actual, ya no importaban las necesidades reales de los usuarios, sino la estrategia para incitar a los clientes a comprar.
La publicidad incentivó ese consumo desmedido y, al mismo tiempo, se empeoró la calidad de los productos para volver a comprar ese producto en numerosas ocasiones. Son muchas las empresas que han sido denunciadas por esta técnica. Hace unos años se habló de un posible caso de obsolescencia programada relacionado con el reproductor de música de Apple. Al parecer, las baterías estaban programadas para durar tan solo entre ocho y doce meses. El problema es que la batería estaba soldada al reproductor de música y no había posibilidad de arreglarlo, obligando así al cliente a cambiar de iPod al poco tiempo de haberlo comprado. El asunto llegó a los tribunales y la compañía de la manzana se comprometió a que la vida útil de sus reproductores fuese de 2 años y creó un departamento de recambios para aquellos modelos que no ofrecían la posibilidad de cambio de batería.
El pasado año Francia comenzó a luchar contra esta técnica consumista y castigar con penas de hasta dos años de prisión y multas de 300.000 euros a las empresas que programen la vida útil de sus productos para un tiempo predeterminado. En España, sindicatos y organizaciones medioambientales presentaron ante el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente una serie de propuestas que incluían la prohibición de la obsolescencia programada y fomentar la reparación de los dispositivos electrónicos. Hay además movimientos en contra de la obsolescencia programada como el Movimiento SOP, que señala como principales responsables a las empresas de sectores tecnológicos. Desconocemos que a pesar de las convenciones internacionales que prohíben la exportación de residuos electrónicos, estos acaban llegando cada semana a Ghana. Es decir, primero les quitamos la materia prima y, después les mandamos toda la mierda, así no la vemos.
Ghana |
Pero la obsolescencia programada no es la única que hay. Nosotros, debido a las modas, también establecemos inconscientemente la vida útil de los productos y servicios, se llama obsolescencia percibida.
Esta práctica no es ética y deberíamos hacer algo al respecto para acabar con esta sociedad consumista. Al final somos los ciudadanos los que podemos hacer que las cosas cambien, y un teléfono móvil no hay porqué cambiarlo si funciona correctamente, las empresas se enriquecen y Ghana se ahoga de residuos. Os dejo con el documental 'Comprar, tirar, comprar':
muchísimas gracias por tanta información
ResponderEliminarGracias
ResponderEliminarA mi se me estropeó el microondas avisé al técnico y vio un fusible fundido; lo eliminó conectó los dos cables y el microondas siguió funcionando durante mucho tiempo. Ese fusible fue la obsolescencia programada de mi microondas.
Estamos tan absorbidos por esta sociedad de consumo q no somos conscientes d la basura q producimos. Es una pena q este maravilloso planeta lo estemos convirtiendo en un vertedero. Creo q todavía estos a tiempo y si colaboramos intentando no consumir innecesariamente, podríamos seguir disfrutando del medio ambiente todos y en todas partes del mundo. Muy interesante este tema Iker
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo. No es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita, ¡gracias Mayte!
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