En los últimos tiempos nos estamos mal acostumbrando al uso de palabras inglesas. Resulta contradictorio el empleo de extranjerismos para hacerse entender, ¿no crees?
Desayunamos muffins de chocolate, salimos a hacer running, pillamos wifi en nuestro smartphone y enviamos emails. Nos hacen spoiler, compramos en outlets y nos apuntamos al gym para hacer clases de spinning, fitness y body pump. Y a cada respuesta un ok.
Extranjerismo |
La sociedad ha aceptado estos préstamos y los ha asumido con normalidad. ¿Por qué, señor, por qué?
No desatendamos el mantenimiento y el uso correcto del español, es responsabilidad de todos y todas. Siempre, eso sí, sin desprestigiar a las demás lenguas.
Podemos sustituir un vale por un ok, adelantamiento por el sorpasso italiano, auto servicio por self service y aparcamiento por parking, aunque no sea tan cool, que no guay, como nos gustaría.
Extranjerismos adaptados al español |
Pero sufrimos una auténtica avalancha de extranjerismos. La palabra inglesa sigue teniendo más peso, parece que suena más efectiva y señorial que la que ya existe en nuestra lengua. Con esto no quiero decir que rechacemos los anglicismos, sino que usemos en lo posible nuestro rico y extenso vocabulario, que es mucho y variado.
Extranjerismos innecesarios |
Lo cierto es que el asunto se nos ha ido de las manos y corremos el riesgo de acabar con nuestra fonética y nuestra sintaxis a golpe de extranjerismo. La RAE lo define con claridad: "Conexión entre el inglés y el español, sí. Pero con cabeza".
¡Cuídate de los anglicismos!
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